La mansio era un lugar de descanso ubicado en las inmediaciones de calzadas con gran tránsito, similares a las modernas posadas. Aquis Originis en concreto tenía unos 500 metros cuadrados. Su emplazamiento no era casual ya que fue instalada para aprovechar una surgencia natural de aguas termales, tan apreciadas por los romanos en lo que a sus baños se refiere.

Al parecer, el complejo fue levantado en la segunda mitad del siglo I pero no se conserva nada de ese periodo. Lo que hoy podemos encontrar corresponde a las reformas que sufrió entre los siglos II y III de nuestra era y entre los siglos IV y V. Lo que sí podemos observar son los restos de la cimentación del edificio y del hipocausto.