Este edificio, actualmente en ruinas, se encuentra a las afueras de Ludeiros. Es una antigua casa señorial edificada por el Abad de Manín, Don José Martínez y Parga, un religioso adinerado del siglo XVIII. Tras pasar por diversas manos la casa quedó abandonada.
Con el tiempo se empezó a correr la voz de que en la casa se aparecía un fraile llamado “Marrequiño”, un antiguo morador. Según la leyenda este fraile mandaba hacer obras a albañiles de fuera de la zona a los que luego, para no pagar, mataba y enterraba en el patio. Se dice que por las ruinas vagan las ánimas de este fraile y de sus víctimas.
Independientemente de lo sobrenatural, las ruinas señoriales, hoy invadidas por la vegetación, son de indudable belleza y merecen su visita.
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